sommelier evaluando un vino tinto

Cómo ser sommelier: formación, funciones y salidas profesionales

Ser sommelier ya no es solo saber de vinos. Hoy es una figura multidisciplinar en muchos restaurantes porque conecta la cocina con la sala y ayuda al cliente a vivir una experiencia más completa. Cuando un comensal se sienta a la mesa y abre la carta de vinos, busca algo más que una botella. Busca orientación, claridad y alguien que entienda lo que le apetece en ese momento.

Por eso este perfil está cada vez más demandado. La oferta gastronómica crece, los clientes son más curiosos y las cartas de vinos se han hecho más amplias y variadas. En este contexto, el sommelier aporta algo que ninguna carta en papel puede ofrecer por sí sola. Criterio, sensibilidad y la capacidad de guiar al cliente

Si te apasiona el vino y alguna vez te has preguntado qué necesitas para llegar a  convertirte en sommelier, sigue leyendo porque este artículo es para ti.

Qué es un sommelier

Un sommelier es el profesional que se encarga de seleccionar, cuidar y recomendar vinos dentro de un restaurante, hotel, bodega, o cualquier espacio donde el vino forma parte de la experiencia. Cuando un cliente mira la carta y duda entre varios estilos, es el sommelier quien se encarga de detectar qué estilo encaja mejor con el gusto del cliente y con los platos del menú, asesorándolo para que obtenga la mejor experiencia posible. Por eso también se conoce a esta figura como experto en vinos, o especialista en vinos.

¿Por qué su papel está tan ligado a la experiencia del cliente?

Porque la mayoría de clientes quiere acertar, pero no siempre sabe qué pedir. Ahí, es donde la figura del sommelier entra en escena para:

  • Escuchar lo que el cliente quiere.
  • Detectar qué opciones son más adecuadas.
  • Recomendar en base a los gustos del cliente y a lo que va a comer, con una propuesta coherente.

Cuando esto ocurre, el cliente siente que está en buenas manos. Y eso mejora toda la experiencia.

Sommelier o sumiller: ¿hay diferencia?

Es una duda habitual. La respuesta es que no hay ninguna diferencia.

  • Sommelier es la palabra original en francés.
  • Sumiller es su adaptación al español.

Ambas se refieren al mismo rol profesional. Puedes usar cualquiera según tu preferencia, aunque en restauración es muy habitual mantener el término sommelier porque está más extendido a nivel internacional.

Funciones principales de un sommelier

El trabajo de un sommelier es un rol técnico, operativo, sensorial y también comunicativo. Es una figura multidisciplinar que influye en más áreas de las que crees.

Estas son las principales funciones de un sommelier.

Selección y construcción de la carta de vinos

Una de las tareas más importantes es crear una carta coherente con la identidad del restaurante. Esto implica:

  • Evaluar con proveedores y bodegas: el sommelier prueba vinos, compara añadas y busca referencias que encajen con la propuesta gastronómica.
  • Decidir qué estilos incluir: blancos frescos, tintos con cuerpo, rosados, espumosos, vinos generosos, o naturales. La selección debe estar alineada con los platos y la imágen del restaurante.
  • Equilibrar la carta: combinando vinos locales, nacionales e internacionales para ofrecer variedad.
  • Analizar la temporalidad: Las cartas suelen variar a lo largo del año, ya que no es lo mismo diseñar una carta para verano que para invierno.

Gestión de la bodega y control del inventario

Aquí el trabajo se vuelve más técnico. La bodega requiere atención diaria y un criterio claro:

  • Revisar el stock disponible.
  • Comprobar añadas y rotaciones.
  • Controlar temperaturas y condiciones de conservación.
  • Organizar botellas por estilos, regiones, o consumo previsto.
  • Detectar vinos que necesitan consumirse antes por evolución.

Formación y acompañamiento del equipo de sala

El sommelier es el responsable de formar al equipo de sala en cuanto a vinos.

Algunas de sus funciones en este ámbito son:

  • Explicar los vinos al personal, para que todos tengan unas nociones básicas para recomendar al cliente.
  • Organizar catas internas para entrenar la memoria sensorial del equipo.
  • Definir argumentos sencillos para ayudar al personal en momentos de servicio intenso.
  • Resolver dudas rápidas cuando el equipo está en pleno servicio.

Asesoramiento directo al cliente durante el servicio

Esta es quizá la parte más visible del sommelier. Seguramente has experimentado o visto la escena donde una mesa duda entre dos vinos. El sommelier se acerca, pregunta qué les apetece y qué van a comer, escucha sus respuestas y propone una opción adecuada para conseguir la experiencia que el cliente busca.

Su función aquí es:

  • Interpretar el gusto del cliente aunque este no sepa describirlo.
  • Hacer preguntas claras y amables (“¿Te apetece algo ligero, o algo más estructurado?”).
  • Proponer vinos que encajen con el momento, no solo con la comida.
  • Transmitir tranquilidad a quien teme equivocarse.

Este acompañamiento convierte la decisión en algo sencillo y agradable. El cliente se siente atendido y asesorado, incrementando el nivel de satisfacción de la experiencia.

Servicio del vino en mesa

El servicio correcto también forma parte de la experiencia:

  • Presentar la botella sin prisas y con las manos visibles.
  • Abrirla con profesionalidad.
  • Servir la cantidad adecuada según el tipo de vino.
  • Controlar la temperatura de servicio.
  • Vigilar que las copas se mantengan en buen estado.

Nada de esto es casual. Cada gesto tiene un motivo. Preservar aromas, evitar oxidación, o mantener el vino en su mejor punto.

Cata profesional y evaluación sensorial

El sommelier usa la cata como herramienta de trabajo. Esto incluye:

  • Identificar defectos en un vino antes de servirlo.
  • Evaluar evolución, especialmente en vinos con crianza.
  • Distinguir atributos: acidez, cuerpo, tanino, textura, intensidad aromática.
  • Anotar observaciones que ayudan a mejorar la selección futura.

Piensa en él probando una nueva añada antes de incluirla en la carta. En ese momento decide si el vino está listo para salir al servicio, o si debe esperar unos meses más.

Diseño y recomendación de maridajes

Un sommelier no propone vinos al azar. Cada recomendación parte de la comprensión del plato:

  • ¿La salsa es ligera o intensa?
  • ¿Hay grasa, ahumado o especias?
  • ¿Qué textura tiene el ingrediente principal?

Con esa información, adapta la propuesta:

  • Blancos frescos para platos ligeros.
  • Tintos jóvenes para carnes blancas.
  • Espumosos para frituras.
  • Tintos estructurados para carnes rojas.
  • Vinos generosos para quesos o jamón.

El objetivo del maridaje es crear una armonía natural entre lo que se bebe y lo que se come.

Relación con proveedores y bodegas

Otra función del sommelier es mantener contacto directo con:

  • Distribuidores.
  • Enólogos.
  • Comercializadores.
  • Bodegas locales o internacionales.

El sommelier negocia precios, nuevas incorporaciones y condiciones de servicio. También visita bodegas, participa en ferias y amplía su formación a través de catas técnicas con profesionales del sector.

Estos encuentros le permiten descubrir tendencias, evaluar nuevas referencias y mantener la carta viva.

Actualización continua de conocimientos

El mundo del vino cambia constantemente. Siempre hay nuevas regiones, estilos, técnicas de vinificación, o tendencias en el consumo.
El sommelier dedica parte de su tiempo a:

  • Leer informes y publicaciones.
  • Asistir a cursos y seminarios.
  • Participar en catas con otros profesionales.
  • Probar vinos nuevos de forma habitual.

Este aprendizaje continuo es parte del oficio, porque su criterio depende de mantenerse al día.

Diferencias entre sommelier y enólogo

Aunque a veces se confunden, el sommelier y el enólogo cumplen funciones muy distintas dentro del mundo del vino. Comparten pasión, conocimiento y sensibilidad, pero trabajan en etapas diferentes del proceso. 

¿Qué es un enólogo?

Un enólogo es el profesional que se ocupa de la elaboración del vino. Su trabajo empieza mucho antes de que el vino llegue a la mesa de un restaurante.

Puedes imaginar al enólogo caminando por el viñedo en plena vendimia, examinando las uvas, valorando su madurez y tomando decisiones que marcarán el carácter del vino. Después, dentro de la bodega, supervisa las fermentaciones, controla las temperaturas, decide qué barricas usar y cuida cada detalle del proceso hasta que el vino está listo para embotellarse.

Funciones del enólogo que no realiza un sommelier

Aunque ambos conocen el vino en profundidad, las tareas del enólogo están mucho más ligadas al origen y la producción:

  • Control del viñedo: seguimiento de la maduración, selección de parcelas y fechas óptimas de vendimia.
  • Supervisión de fermentaciones: control de levaduras, temperaturas y extracción.
  • Crianza y afinado del vino: decisión de uso de madera, depósitos, tiempos y técnicas.
  • Análisis técnico: parámetros químicos, microbiológicos y evolución del vino.
  • Diseño del estilo final: crear un perfil aromático y gustativo coherente con la bodega.

Todas estas decisiones definen cómo será el vino producido.

Profesiones distintas, pero complementarias

Podríamos decir que el enólogo es la persona que “da vida” al vino y el sommelier es quien “da voz” al vino dentro del restaurante. Sin uno, el trabajo del otro pierde parte de su sentido.

El enólogo aporta técnica, precisión y control del proceso.
El sommelier aporta criterio, sensibilidad y capacidad para conectar el vino con el cliente adecuado.

Pero ambos comparten el objetivo de que cada vino exprese lo mejor de sí mismo. 

Formación necesaria para ser sommelier

Convertirse en sommelier requiere una base consolidada de conocimientos y mucha práctica. Igual que un cocinero aprender diferentes técnicas antes de entrar en una gran cocina, un sommelier necesita comprender el vino desde sus fundamentos (regiones, variedades, elaboración, servicio y maridaje).

Hoy en día existen múltiples vías de formación, adaptadas a distintos niveles y objetivos.

Formación formal en escuelas y centros especializados

El camino más habitual empieza en escuelas de hostelería o centros especializados en vino. Estos programas ofrecen una visión completa del oficio y combinan teoría y práctica.

Las clases son presenciales, lo que facilita entrenar el paladar y aprender directamente de profesionales.

Programas profesionales e intensivos

Para quienes ya trabajan en restauración o quieren avanzar rápido, existen cursos intensivos de sommelier. Suelen tener una estructura compacta y están orientados a introducirse a las funciones del sommelier.

Son ideales para camareros, jefes de sala, o profesionales que quieren dar el salto hacia un rol más especializado en poco tiempo.

Cursos online para aprender desde casa

En los últimos años ha crecido mucho la oferta de cursos de sommelier online y formaciones híbridas. Este formato permite estudiar a cualquier hora y desde cualquier lugar, algo especialmente útil para quienes tienen horarios complicados.

Aunque la cata presencial es insustituible, el formato online es una buena puerta de entrada para quienes quieren comenzar a formarse antes de dar el salto a un curso más completo.

¿Qué curso de sommelier elegir?

La elección dependerá de tu objetivo:

  • Si buscas dedicarte profesionalmente, lo ideal es una formación reglada y presencial.
  • Si quieres ampliar conocimientos, un curso intensivo puede ser suficiente.
  • Si no puedes desplazarte, un curso online es una buena primera toma de contacto.

Sea cual sea la opción, la formación es solo el comienzo. Convertirse en sommelier implica probar vinos, analizar, comparar y seguir aprendiendo cada semana. La práctica es lo que convierte el conocimiento en criterio.

Certificaciones internacionales más reconocidas

Además de la formación general, muchos sommeliers buscan certificaciones que validen su nivel de conocimiento y les permitan acceder a puestos más especializados. Estas acreditaciones se reconocen en todo el mundo y sirven como referencia del nivel técnico del profesional.

WSET (Wine & Spirit Education Trust)

El WSET es probablemente el programa más conocido y extendido a nivel internacional.

WSET Nivel 1

Es el nivel para quienes dan sus primeros pasos. Aprendes lo básico: estilos de vino, servicio correcto y conceptos básicos de cata.

WSET Nivel 2

Aquí ya empiezas a profundizar. Comprendes regiones, variedades y métodos de elaboración. Es un nivel donde empiezas a relacionar lo que ves en la copa con el origen del vino.

WSET Nivel 3

Es un salto importante. Las catas se vuelven más técnicas y necesitas justificar tus conclusiones. Aprendes a identificar calidad, potencial de guarda y diferencias entre estilos dentro de una misma región.

WSET Diploma (Nivel 4)

Es una formación avanzada y muy exigente. Se suele cursar cuando ya trabajas en el sector y quieres especializarte al máximo. Muchos directores de bebidas, formadores y consultores tienen este nivel.

¿Para quién es ideal WSET?

Para profesionales que buscan una formación estructurada, internacional y con un enfoque analítico. También para quien quiere trabajar fuera de España, o en grupos de restauración grandes.

Court of Master Sommeliers (CMS)

El CMS está enfocado en la figura del sommelier y su papel en sala. A diferencia del WSET, su enfoque es más práctico y orientado a la restauración.

El recorrido incluye cuatro niveles:

  1. Introductory Sommelier Certificate
  2. Certified Sommelier
  3. Advanced Sommelier
  4. Master Sommelier

El último nivel, “Master Sommelier”, es uno de los títulos más difíciles de obtener en el mundo del vino. 

¿Para quién es ideal el CMS?

Para quienes trabajan en restaurantes gastronómicos, hoteles de alta categoría, o quieren especializarse en servicio y maridaje al más alto nivel.

Wine Scholar Guild (WSG)

El Wine Scholar Guild ofrece certificaciones centradas en países concretos. Su objetivo es que el alumno se convierta en un verdadero especialista regional.

Los programas más conocidos son:

  • French Wine Scholar (FWS)
  • Italian Wine Scholar (IWS)
  • Spanish Wine Scholar (SWS)

Cada uno explora en detalle las regiones del país, su geografía, sus variedades autóctonas y su contexto histórico.

¿Para quién es ideal WSG?

Para sommeliers que quieran profundizar en un país concreto y usar ese conocimiento para diseñar cartas más especializadas, o trabajar en restaurantes temáticos, bodegas, o importadoras.

Estas certificaciones no son obligatorias para trabajar como sommelier, pero sí aportan un reconocimiento contrastado y ayudan a diferenciarse en un sector cada vez más técnico y profesionalizado.

Habilidades que debe tener un sommelier

sumiller presentando un vino junto con las copas para beberlo

El trabajo de un sommelier combina técnica, sensibilidad y capacidad para conectar con las personas. No es solo memorizar regiones o abrir botellas con precisión. Es interpretar, adaptarse y comunicar. Por eso, las habilidades que necesita abarcan tanto conocimientos específicos del vino como competencias personales esenciales para trabajar en sala.

A continuación verás las más importantes, explicadas con ejemplos visuales para que puedas imaginar cómo funcionan en el día a día.

Habilidades técnicas

Cata profesional

La cata es la herramienta central del sommelier. Le permite evaluar vinos, detectar defectos y entender cómo evolucionan en botella. Cuando un sommelier realiza una cata, analiza su acidez, tanino, cuerpo, aromas y textura. Es como si “leyera” el vino para saber qué ofrecer al cliente y en qué momento servirlo.

Memoria sensorial

Para recomendar bien, el sommelier necesita recordar aromas, sabores y estilos. Su memoria sensorial funciona como una biblioteca interna. Piensa en esa sensación de fruta roja que te recuerda a una garnacha joven, o esa nota salina que aparece en muchos vinos atlánticos. Esa capacidad de asociación es lo que le permite relacionar un plato con un estilo de vino concreto.

Gestión de inventario y bodega

La bodega es su espacio de trabajo y debe estar siempre bajo control:

  • Stock actualizado.
  • Añadas revisadas.
  • Temperaturas correctas.
  • Botellas organizadas con lógica.
  • Rotación coherente para evitar pérdidas.

Habilidades blandas

Comunicación clara y cercana

El cliente no necesita una clase de enología. Necesita entender qué está eligiendo. Por eso el sommelier debe saber traducir conceptos técnicos en explicaciones sencillas. Un buen sommelier debe simplificar la elección y ajustar su lenguaje según el perfil del cliente.

Storytelling

Cada vino tiene una historia. Una bodega familiar, un paisaje concreto, una variedad autóctona. Saber contarlo de forma natural y breve hace que el cliente conecte con la elección. No hace falta un gran discurso. Basta con una frase que despierte interés, como “este vino viene de una parcela muy pequeña, cuidada por la misma familia desde hace tres generaciones”.

Empatía y atención al cliente

El sommelier no recomienda lo que a él le gusta. Recomienda lo que encaja con el gusto del cliente. Y para eso necesita observar, escuchar y preguntar. 

La empatía también es parte del servicio. Detectar si una mesa quiere una recomendación rápida, o si disfruta hablando de vino, forma parte de la experiencia.

Gestión del ritmo en sala

El sommelier debe saber cuándo acercarse y cuándo esperar. La sala es dinámica, con platos que salen, comensales que llegan, mesas que piden un vino a mitad del servicio. Saber adaptarse a ese ritmo aporta fluidez.

Cómo convertirse en sommelier paso a paso

Llegar a ser sommelier es un camino que combina estudio, trabajo en sala y muchas horas rodeado de vino. Es un proceso progresivo en el que cada etapa suma experiencia y criterio. 

Formación inicial

Todo empieza con la formación. En esta primera etapa, el objetivo es entender los fundamentos del vino. Qué lo define, cómo se elabora y cómo se interpreta en una cata. 

La formación puede llegar a través de escuelas de hostelería, cursos especializados, o programas introductorios que enseñan lo básico de regiones, variedades, técnicas de cata, servicio y principios básicos de maridaje. 

Es una fase en la que el estudiante empieza a desarrollar su vocabulario sensorial y a relacionar conceptos que más adelante le resultarán naturales.

Primeras experiencias en sala

Cuando ya existe una base teórica, llega el salto a la práctica. Es en sala donde el futuro sommelier descubre el ritmo del servicio, cómo interactúan los clientes con la carta de vinos y qué dudas aparecen con más frecuencia. 

El primer contacto con la hostelería permite comprender la dinámica del equipo, mejorar la comunicación con el cliente y aprender a reaccionar con agilidad en momentos de presión. 

Ver cómo se sirve una botella en una mesa que está en plena comida, o cómo se gestiona una recomendación durante un turno lleno es una experiencia que no se aprende en un libro.

Trabajo con bodegas y proveedores

A medida que el alumno gana confianza, necesita acercarse al origen del vino. Visitar bodegas, asistir a catas técnicas y mantenerse en contacto con distribuidores abre una nueva perspectiva. 

En esta etapa se observa cómo trabaja un enólogo, qué decisiones afectan al estilo del vino y por qué una añada puede diferir tanto de la anterior. Ese contacto directo aporta criterio y hace que el sommelier pueda hacer recomendaciones con más criterio.

Práctica constante de cata

La cata es un hábito continuo. Ningún sommelier desarrolla su precisión en el paladar sin probar vinos de forma regular. Con el tiempo, la cata se convierte en una práctica habitual para comparar vinos. 

Muchos sommeliers realizan catas a ciegas para evitar sesgos y obligarse a analizar el vino tal cual se presenta en la copa. Cada sesión de cata afina la memoria sensorial y la capacidad de evaluación.

Especialización según el tipo de restaurante

Con la experiencia acumulada llega la especialización. No todos los sommeliers trabajan en los mismos entornos, y cada espacio requiere un enfoque distinto. 

Algunos se orientan hacia restaurantes gastronómicos con cartas amplias. Otros prefieren espacios centrados en vinos naturales, o en regiones concretas. También hay sommeliers que encuentran su sitio en hoteles, donde el servicio se reparte entre varios puntos, o en restaurantes donde la cocina internacional exige maridajes más complejos. Esta especialización permite profundizar en los vinos que mejor encajan con el estilo del restaurante y desarrollar un perfil profesional propio.

Convertirse en sommelier es un proceso continuo. Es una profesión en la que cada vino, cada cliente y cada servicio aportan un aprendizaje nuevo. Lo importante es avanzar paso a paso, con curiosidad y constancia, hasta construir un criterio fundamentado que permita disfrutar del vino y compartirlo con los demás.

Dónde puede trabajar un sommelier

El sommelier puede trabajar en distintos entornos dentro del sector gastronómico y del vino. Cada uno ofrece un ritmo diferente y funciones específicas. Los principales son:

  • Restaurantes gastronómicos: el espacio más habitual. El sommelier diseña la carta, recomienda vinos y gestiona el servicio en sala. Es el entorno donde su rol es más visible.
  • Hoteles y grandes cadenas: además del restaurante principal, puede encargarse del servicio en bares, terrazas, eventos y banquetes. Necesita organización y capacidad para trabajar con volúmenes altos.
  • Bodegas y enoturismo: guía catas, explica procesos de elaboración y acompaña a visitantes en recorridos. Este entorno combina comunicación, formación y experiencia sensorial.
  • Distribuidores y empresas comerciales: asesora a restaurantes, presenta vinos a equipos de compra y realiza formación externa. 
  • Formación y consultoría: imparte cursos, reorganiza bodegas, crea cartas de vinos y ayuda a restaurantes a mejorar su servicio. Es una salida flexible para sommeliers con experiencia.

Winerim: el mejor compañero de un sommelier

El trabajo del sommelier requiere criterio, sensibilidad y mucha precisión en cada detalle. Pero su trabajo está limitado por el tiempo. Tiempo para revisar la bodega, actualizar la carta, preparar formaciones, comprobar añadas, responder dudas del equipo y atender a los clientes en sala. 

Por eso, contar con una herramienta que facilite estas tareas permite agilizar la operativa, de modo que el sommelier puede centrarse donde realmente aporta más valor, acompañando y cuidando la experiencia del cliente.

Winerim es una carta inteligente de vinos que nace exactamente para eso. No pretende sustituir al sommelier, pretende liberar la parte más mecánica de su rutina para potenciar lo que solo un profesional puede hacer.

Gestión de inventario en tiempo real

Una de las tareas que más consume tiempo es actualizar el inventario. Con Winerim, el sommelier puede ver en segundos qué referencias están disponibles, qué añadas han cambiado, o qué vinos conviene rotar. 

Winerim refleja la bodega en tiempo real sin necesidad de hacer revisiones manuales. Y para el cliente, garantiza que lo que vea en la carta siempre sea lo que está disponible en la bodega del restaurante.

Recomendaciones automáticas según el plato o estilo

aplicación de Winerim mostrando la carta de vinos

Cuando la sala está llena, no siempre es posible que el sommelier pueda llegar a todas las mesas a tiempo. Cuando se da esa situación, Winerim acompaña al cliente con recomendaciones automáticas basadas en maridajes, estilos y preferencias. 

El sommelier sigue siendo quien marca la línea y valida la carta, pero Winerim actúa como un apoyo constante que responde a muchas dudas sin necesidad de intervención directa del sommelier. 

Es como tener a un asistente que habla el mismo idioma y mantiene su criterio incluso cuando él no está delante.

Actualización de la carta al instante

Modificar una carta nunca es rápido. Cambiar precios, añadir vinos, revisar descripciones… 

Winerim permite hacerlo al momento desde un panel de control. En cuanto el sommelier guarda un cambio, la carta digital se actualiza en sala. No hay que imprimir, corregir, ni esperar. 

Esto simplifica el día a día y elimina el riesgo de mostrar vinos agotados, o añadas incorrectas.

Fichas completas sin esfuerzo manual

Crear descripciones para cada vino puede llevar horas. Winerim genera fichas claras y con todas las características del vino a partir de la etiqueta, o de la información técnica. 

Incluye estilo, notas de cata, sugerencias de maridaje y detalles relevantes para el cliente. Esto permite que el sommelier dedique su tiempo a seleccionar vinos, no a estar redactando textos.

Multilenguaje y soporte para equipos grandes

Si un restaurante recibe clientes internacionales, explicar cada vino en varios idiomas puede complicar el servicio. 

Winerim traduce automáticamente la carta de vinos con terminología adecuada al sector. Además, permite que todo el equipo tenga acceso a la misma información, incluso cuando no hay un sommelier presente. Esto ayuda a que las recomendaciones sean coherentes y evita depender únicamente de una persona.

Winerim no sustituye el criterio del sommelier. Lo amplifica. Le da herramientas para trabajar con más control, más coherencia y menos carga operativa. En lugar de invertir tiempo en tareas repetitivas, el sommelier puede dedicarse a lo que realmente aporta valor: seleccionar vinos con intención, formar al equipo y acompañar al cliente con la atención que solo un profesional puede ofrecer.

¿Quieres ver cómo funciona Winerim?

Solicita hoy tu demo gratuita de Winerim y descubre cómo una carta digital interactiva puede ser el mejor aliado del sommelier y elevar la experiencia del restaurante.

Y, si aún no lo tienes claro, puedes descubrir por ti mismo cómo funciona Winerim a través de esta guía interactiva.

 

FAQ – Preguntas frecuentes

¿Qué es un sommelier?

Un sommelier es el profesional especializado en vinos que se encarga de la selección, gestión y recomendación de vinos dentro de un restaurante, bodega, hotel o negocio gastronómico.

¿Cuál es la diferencia entre sommelier y sumiller?

No hay diferencias. Sommelier es el término internacional de origen francés, y sumiller es su equivalente en español.

¿Qué formación necesito para ser sommelier?

Puedes formarte en escuelas de hostelería, centros especializados o certificaciones internacionales como WSET o Court of Master Sommeliers.

¿Cuánto dura un curso de sommelier?

Depende del nivel. La formación básica puede durar semanas y los programas avanzados, varios meses o incluso años.

¿Dónde trabaja un sommelier?

En restaurantes, hoteles, bodegas, empresas distribuidoras, tiendas especializadas y proyectos de consultoría o formación.

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