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Venta de vinos en restaurantes: 7 errores comunes y cómo solucionarlos

Tienes un restaurante con una carta de vinos bien seleccionada, buenos proveedores y un servicio de calidad. Pero cuando revisas los números, la venta de vinos no son las que esperabas. ¿Por qué no se venden más botellas?

Si esto te suena familiar, no estás solo. A muchos restaurantes les pasa lo mismo: clientes que piden siempre el mismo vino barato, camareros que no saben recomendar con seguridad o una carta de vinos que solo informa, pero no vende.

El resultado es frustrante. Un restaurante puede tener una excelente cocina, pero si la venta de vinos no acompaña, está perdiendo una oportunidad de oro para aumentar el ticket medio y ofrecer una experiencia gastronómica completa.

La buena noticia es que todos estos problemas tienen solución. En este artículo, vamos a desgranar los 7 errores más comunes que afectan la venta de vinos en los restaurantes y, lo más importante, cómo puedes corregirlos con herramientas y estrategias eficaces.

Si quieres vender más vino sin complicaciones y mejorar la experiencia de tus clientes, sigue leyendo.

Los problemas de los restaurantes con la venta de vinos

Vender vino en un restaurante parece algo sencillo: el cliente elige un plato, el camarero sugiere una botella y la venta está cerrada. Pero en la práctica, esto no ocurre tan fácilmente.

Muchos restaurantes se encuentran con barreras que dificultan la venta de vinos: clientes indecisos, cartas que no ayudan a elegir, falta de formación en el personal e incluso problemas con el control del inventario.

Veamos los 7 errores más comunes que afectan la venta de vinos en los restaurantes y cómo cada uno de ellos puede estar limitando tu negocio sin que te des cuenta.

1. El comensal no sabe qué vino elegir y va a lo fácil

Imagina esta escena: un cliente abre la carta de vinos, la mira durante unos segundos y al final pide lo mismo de siempre. O, peor aún, escoge el vino más barato porque no quiere arriesgarse.

Este es uno de los problemas más frecuentes en los restaurantes: los comensales no suelen ser expertos en vino y, al no sentirse seguros en su elección, optan por lo que conocen. ¿El resultado? Se pierde la oportunidad de vender vinos con mayor margen y de enriquecer la experiencia gastronómica del cliente.

¿Por qué ocurre esto? La carta de vinos no guía la elección ni explica de forma sencilla las diferencias entre las opciones. No hay información clara sobre maridajes, estilos o recomendaciones personalizadas. El cliente no quiere equivocarse, así que elige lo más seguro.

¿Por qué es un problema para el restaurante? Se reduce la venta de vinos de mayor calidad y margen. La experiencia del cliente no mejora, ya que no descubre nuevos vinos que podrían gustarle. El restaurante no aprovecha la oportunidad de fidelizar al comensal a través de una experiencia vinícola única.

Los restaurantes que no solucionan este problema ven cómo sus clientes terminan eligiendo siempre lo mismo o, en el peor de los casos, ni siquiera piden vino. Pero este es solo el primero de los obstáculos en la venta de vinos.

2. El personal no tiene suficiente formación en vinos

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En un restaurante, el personal de sala es el puente entre la carta de vinos y el cliente. Pero ¿qué pasa cuando no tienen los conocimientos suficientes para recomendar un vino con seguridad?

Este es un problema más común de lo que parece. Si el restaurante no cuenta con un sommelier o con personal bien formado, la venta de vinos se vuelve mucho más complicada. Muchos camareros no se sienten cómodos sugiriendo vinos porque temen equivocarse o no saber responder las preguntas del cliente. Esto provoca que, en lugar de guiar la decisión de compra, pasen directamente a tomar nota sin hacer recomendaciones.

¿Por qué ocurre esto? Formar a todo el equipo en vinos requiere tiempo y recursos, y no siempre es una prioridad. En muchos casos, el personal de sala va desbordado atendiendo mesas y no tiene margen para detenerse a explicar las características de cada vino. Además, incluso cuando hay un sommelier en el equipo, no siempre puede atender todas las mesas al mismo tiempo, lo que limita su impacto en la venta de vinos.

¿Por qué es un problema para el restaurante? Si el personal de sala no sugiere vinos de forma proactiva, se pierden oportunidades de venta. La mayoría de los clientes no piden asesoramiento si nadie se lo ofrece, y en ausencia de una recomendación clara, optan por lo que ya conocen o por lo más barato. Además, la falta de seguridad del equipo transmite una imagen de servicio menos especializado, lo que puede afectar la percepción general del restaurante.

Cuando el personal de sala tiene la confianza para hablar de vinos y recomendar opciones alineadas con los gustos del cliente, la probabilidad de vender una botella en lugar de una copa aumenta considerablemente. Pero si esto no ocurre, la venta de vinos queda a merced del azar. Y en la restauración, depender del azar nunca es una buena estrategia.

3. La carta de vinos no está pensada para vender vino

La carta de vinos es la principal herramienta de venta en un restaurante. Sin embargo, en muchos casos, no está diseñada para vender, sino simplemente para informar.

¿Por qué ocurre esto? La mayoría de las cartas de vinos tradicionales son listas en papel con nombres de bodegas, añadas y precios. No ofrecen descripciones atractivas, no destacan las mejores opciones y no facilitan la elección al comensal. Al final, el cliente no sabe por dónde empezar, se siente abrumado y opta por lo más barato o por no pedir vino en absoluto.

¿Por qué es un problema para el restaurante? Si la carta de vinos no es clara y atractiva, se pierden ventas. Muchos restaurantes tienen una selección de vinos excelente, pero la forma en que presentan su carta no motiva al cliente a explorar nuevas opciones. Además, las cartas en papel tienen otro gran inconveniente: no permiten actualizaciones rápidas. Cuando un vino se agota o entra una nueva referencia, hay que reimprimir la carta, lo que genera costes adicionales y limita la flexibilidad del restaurante.

Una carta de vinos bien diseñada no solo informa, sino que genera interés, guía la elección del cliente y aumenta la venta de vinos. Pero si no está optimizada, se convierte en una barrera que frena el potencial del restaurante.

4. La selección de vinos no está alineada con el concepto del restaurante

Un restaurante puede tener una carta de comida impecable, con platos bien pensados y sabores equilibrados. Pero si la selección de vinos no está a la altura, se rompe la experiencia gastronómica.

¿Por qué ocurre esto? En muchos casos, la carta de vinos no sigue una estrategia clara. Algunas incluyen referencias al azar, sin considerar el tipo de cocina del restaurante, el ticket medio o las preferencias del público. Otras simplemente se diseñan con vinos comerciales, sin personalidad, que no reflejan la identidad del establecimiento.

Esto genera un desajuste evidente. No tiene sentido que un restaurante de cocina sofisticada ofrezca una carta de vinos genérica que podría encontrarse en cualquier bar. Del mismo modo, un restaurante con una propuesta gastronómica innovadora no debería limitarse a vinos convencionales sin explorar opciones que realmente complementen sus platos.

¿Por qué es un problema para el restaurante? Cuando la selección de vinos no está alineada con el menú, se pierde la oportunidad de potenciar la experiencia del cliente. Un maridaje bien pensado puede elevar cualquier plato y hacer que el comensal recuerde la experiencia. Pero si el restaurante no ofrece vinos que encajen con su propuesta gastronómica, los clientes lo notan y pueden optar por no pedir vino o elegir una opción poco adecuada.

Además, una carta de vinos mal estructurada dificulta la venta de vinos de mayor calidad y margen. Si los vinos no están bien seleccionados y organizados, el cliente no encuentra fácilmente una opción que le resulte atractiva. Y si no la encuentra, simplemente no compra.

Cuando la comida y el vino van de la mano, la experiencia del cliente mejora y las ventas aumentan. Pero cuando no hay coherencia entre ambos, el restaurante está dejando dinero sobre la mesa.

5. Falta de control del inventario de la bodega

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El vino es un producto que requiere una gestión precisa. Sin embargo, en muchos restaurantes, el control del inventario de la bodega es un caos.

¿Por qué ocurre esto? En restaurantes con una bodega extensa, es común tener centenares de referencias, muchas de ellas con stock reducido. Algunas botellas quedan olvidadas en un rincón, mientras que otras se venden más rápido de lo esperado y se agotan sin que nadie lo note a tiempo. En muchos casos, el equipo de sala depende de su memoria para saber qué vinos están disponibles, lo que provoca errores y una gestión ineficiente.

Este problema se agrava cuando un cliente pide un vino que figura en la carta, pero que en realidad está agotado. El camarero tiene que volver a la mesa y explicarlo, dejando al cliente con una mala impresión. También ocurre lo contrario: hay botellas en la bodega que no se venden porque el equipo de sala no recuerda que existen, desperdiciando oportunidades de negocio.

¿Por qué es un problema para el restaurante? Sin un control adecuado del stock, la venta de vinos se vuelve impredecible. Se pierde dinero en vinos que no se rotan, se generan compras innecesarias y se crean situaciones incómodas con los clientes. Además, sin datos claros sobre qué vinos se venden mejor y cuáles se están quedando en la bodega, el restaurante no puede tomar decisiones estratégicas para optimizar su oferta.

Un buen control de inventario permite que el restaurante aproveche al máximo su bodega, reduzca desperdicios y aumente la rentabilidad. Pero cuando el stock se gestiona de manera manual o sin un sistema claro, la venta de vinos se convierte en una lotería.

6. Sin datos, no se pueden tomar decisiones estratégicas

Los restaurantes quieren vender más vino, pero muchos no tienen información suficiente para saber qué funciona y qué no. Sin datos, las decisiones se toman a ciegas.

¿Por qué ocurre esto? La mayoría de los restaurantes no cuentan con una herramienta que registre el comportamiento de venta de vinos. No saben qué referencias se venden más, cuáles están estancadas en la bodega o qué vinos generan mayor rentabilidad. Tampoco pueden analizar las preferencias de sus clientes ni detectar patrones de consumo.

Esto significa que la carta de vinos y la oferta del restaurante se basan en intuiciones en lugar de en datos reales. Se eligen vinos sin saber si encajan con las preferencias del público, se reponen referencias sin medir su demanda real y se aplican estrategias de precios sin analizar su impacto en las ventas.

¿Por qué es un problema para el restaurante? Sin datos claros, es imposible optimizar la venta de vinos de forma efectiva. No se pueden tomar decisiones estratégicas sobre qué vinos promocionar, cuáles eliminar de la carta o qué cambios implementar para aumentar la rentabilidad. También se pierde la oportunidad de detectar tendencias en el consumo de los clientes, lo que limita la capacidad del restaurante para adelantarse a sus necesidades.

Un restaurante que no mide sus ventas de vino está dejando pasar oportunidades de negocio. Sin información detallada, es muy difícil mejorar la estrategia de venta de vinos y hacer ajustes que realmente impacten en los ingresos. En un sector tan competitivo como la restauración, tomar decisiones basadas en datos es la clave para maximizar la rentabilidad.

7. Desconocimiento de las tendencias del mercado

El mundo del vino evoluciona constantemente. Las preferencias de los clientes cambian, aparecen nuevas regiones emergentes y ciertos estilos de vino se vuelven más populares. Sin embargo, muchos restaurantes no están al día con las tendencias, lo que les hace perder oportunidades de venta.

¿Por qué ocurre esto? En la rutina diaria de un restaurante, es difícil seguir el ritmo del mercado. Los propietarios y gerentes tienen que gestionar el servicio, controlar el stock, atender a los clientes y coordinar al equipo. Con tantas responsabilidades, mantenerse informados sobre las últimas novedades en el sector del vino queda en un segundo plano.

Este desconocimiento hace que las cartas de vino queden desactualizadas. Mientras algunos clientes buscan opciones más modernas, como vinos naturales, ecológicos o variedades menos conocidas, el restaurante sigue ofreciendo las mismas referencias de siempre. También puede ocurrir que se pierdan oportunidades con denominaciones de origen en auge o bodegas emergentes que podrían diferenciar la oferta del restaurante.

¿Por qué es un problema para el restaurante? Un cliente con cierto conocimiento sobre vinos se dará cuenta rápidamente si la carta no está actualizada o si las opciones no reflejan las tendencias actuales. Si no encuentra propuestas interesantes, puede optar por no pedir vino o incluso buscar otro restaurante que sí ofrezca lo que está buscando.

Además, ignorar las tendencias del mercado limita la capacidad del restaurante para atraer nuevos perfiles de clientes. Las generaciones más jóvenes, por ejemplo, tienen hábitos de consumo distintos a los de los clientes tradicionales y buscan experiencias más personalizadas. Si el restaurante no se adapta a estos cambios, está dejando escapar una parte del mercado que podría contribuir a aumentar la venta de vinos.

Estar informado sobre las tendencias del vino no significa cambiar toda la carta constantemente, sino tener la capacidad de incorporar nuevas referencias estratégicamente y adaptar la oferta para responder a lo que los clientes buscan. Un restaurante que entiende el mercado se anticipa a la demanda y maximiza su rentabilidad. Pero si no lo hace, seguirá vendiendo vinos de forma ineficiente mientras otros establecimientos más actualizados le toman la delantera.

Cómo Winerim soluciona estos problemas

Los problemas en la venta de vinos en restaurantes no son inevitables. Con las herramientas adecuadas, es posible vender más, mejorar la experiencia del cliente y optimizar la gestión de la bodega.

Aquí es donde entra en juego Winerim, una carta de vinos digital e interactiva que transforma por completo la manera en que los restaurantes venden vino. A diferencia de una carta en papel, Winerim no solo informa, sino que impulsa la venta. Facilita la elección del cliente, da seguridad al personal de sala y permite un control total del inventario y las tendencias de consumo.

A continuación, veremos cómo Winerim resuelve cada uno de los problemas que hemos analizado. Desde la indecisión del cliente hasta la falta de datos estratégicos, esta solución digital convierte la gestión del vino en una ventaja competitiva.

1. Una experiencia visual que ayuda al cliente a elegir mejor

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Un cliente que entiende lo que está pidiendo es un cliente que compra con más confianza. Winerim convierte la carta de vinos en una experiencia interactiva y visual, eliminando la indecisión y motivando al comensal a explorar nuevas opciones.

En lugar de enfrentarse a una simple lista de nombres y precios, los clientes pueden navegar por la carta digital filtrando los vinos según tipo de uva, estilo, región, maridaje o precio. Cada referencia incluye imágenes de la botella, notas de cata sencillas y recomendaciones de maridaje, lo que les permite tomar una decisión bien informada sin sentirse presionados.

Si un comensal no sabe qué vino elegir, la solución está en sus manos. Con solo unos toques en la pantalla, puede ver qué vinos combinan mejor con su plato o descubrir alternativas similares a su selección habitual. Esto rompe la barrera del miedo a equivocarse, facilitando que prueben nuevas referencias y opten por opciones de mayor calidad.

El resultado es claro: cuando el cliente entiende lo que compra, es más probable que pida una botella en lugar de una copa. Winerim convierte la elección del vino en un proceso atractivo, intuitivo y sin dudas, lo que se traduce en un aumento directo de la venta de vinos en el restaurante.

2. Empoderar al personal sin necesidad de ser expertos en vino

El equipo de sala tiene un papel clave en la venta de vinos, pero no siempre cuenta con el conocimiento necesario para recomendar con seguridad. Winerim cambia por completo esta dinámica, proporcionando al personal toda la información que necesita para vender más y con confianza.

Con una carta tradicional, si un camarero no tiene formación en vinos, evita sugerencias por miedo a equivocarse. Pero con Winerim, cualquier miembro del equipo puede acceder a descripciones detalladas, maridajes recomendados y notas de cata, todo en una interfaz clara y fácil de usar. Esto significa que incluso sin un sommelier en el restaurante, el personal puede responder cualquier pregunta del cliente y sugerir vinos con seguridad.

Además, la carta digital elimina la carga de recordar cada referencia en la bodega. Si un cliente busca un vino afrutado, un tinto ligero o una opción que combine con su plato, el camarero puede usar Winerim como apoyo para encontrar la mejor recomendación en segundos. Esto reduce la presión sobre el equipo, mejora la atención al cliente y aumenta la venta de vinos sin necesidad de formación extensa.

Cuando el personal se siente seguro recomendando vinos, el ticket medio del restaurante sube. Winerim transforma a los camareros en vendedores expertos, sin necesidad de que memoricen cada detalle de la carta.

3. Una carta de vinos diseñada para vender más

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La mayoría de las cartas de vinos tradicionales solo informan, pero no venden. Son listas en papel con nombres de bodegas, añadas y precios, sin guiar al cliente en su elección. Winerim cambia por completo este enfoque, convirtiendo la carta en una herramienta diseñada específicamente para maximizar la venta de vinos.

Una carta en papel tiene muchas limitaciones: no permite actualizaciones en tiempo real, no destaca las opciones más recomendadas y no facilita la exploración de nuevas referencias. Winerim resuelve estos problemas con una interfaz digital interactiva, donde los clientes pueden descubrir vinos de forma intuitiva y atractiva.

Gracias a su diseño optimizado para la conversión, Winerim aumenta hasta un 30% las ventas de vino en restaurantes que lo implementan. ¿Cómo lo consigue? Destacando vinos estratégicos, ofreciendo sugerencias personalizadas y haciendo que la carta sea más accesible para cualquier cliente.

En lugar de depender de que el camarero impulse la venta, la propia carta se convierte en un asistente virtual, guiando al comensal hacia opciones que le interesan y ayudándole a tomar decisiones con seguridad. Una carta de vinos bien diseñada no solo informa, sino que vende. Y Winerim está creada exactamente para eso.

4. Maridajes automáticos que potencian la experiencia gastronómica

Un buen maridaje puede transformar una comida, pero en muchos restaurantes, los vinos y los platos no están alineados. Si el comensal no sabe qué vino elegir o el personal no puede recomendar con seguridad, la venta de vinos se ve afectada. Winerim soluciona este problema con una función clave: los maridajes automáticos.

En lugar de dejar la elección del vino al azar, Winerim permite cargar la carta de comida y sugiere automáticamente los vinos ideales para cada plato. Esto significa que el cliente, con solo seleccionar su pedido, puede ver qué vinos combinan mejor con su elección.

Para el restaurante, esto tiene un impacto directo en la venta de vinos. Cuando un comensal ve que un vino está recomendado para su plato, la probabilidad de que lo pida aumenta considerablemente. Además, la función de maridaje no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también facilita el trabajo del equipo de sala, ya que pueden confiar en las recomendaciones de la aplicación sin necesidad de tener un conocimiento profundo sobre vinos.

Un restaurante que domina el arte del maridaje no solo vende más vino, sino que también eleva la percepción de calidad del establecimiento. Con Winerim, cada cliente recibe una recomendación precisa y adaptada a su elección gastronómica, convirtiendo la carta de vinos en un valor añadido real para la experiencia en el restaurante.

5. Control total del inventario en una sola herramienta

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Una mala gestión del inventario de vinos puede generar pérdidas, errores en el servicio y botellas olvidadas en la bodega. Winerim elimina este problema ofreciendo un control total del stock en una plataforma visual, intuitiva y actualizada en tiempo real.

En muchos restaurantes, el personal depende de su memoria para saber qué vinos están disponibles. Esto provoca situaciones incómodas, como recomendar un vino que ya está agotado o no sugerir opciones interesantes simplemente porque no recuerdan que existen. Con Winerim, este problema desaparece, ya que todos los vinos del inventario están registrados y accesibles al instante.

La aplicación permite ver y filtrar las referencias disponibles en segundos, sin necesidad de revisar manualmente la bodega. Si un cliente busca un tipo de vino concreto, el equipo de sala puede consultarlo rápidamente y asegurarse de que está en stock antes de hacer la recomendación.

Además, Winerim facilita la rotación de vinos, permitiendo que el restaurante identifique qué referencias necesitan ser promocionadas para evitar que queden en el olvido. De este modo, se evita tanto la sobrecompra de vinos que no se mueven como la pérdida de oportunidades de venta de vinos con alta demanda.

Un restaurante que domina su inventario vende más y optimiza su rentabilidad. Winerim convierte la gestión del stock en un proceso eficiente y automatizado, asegurando que cada vino de la bodega tenga la visibilidad que merece.

6. Datos en tiempo real para tomar mejores decisiones

Si no se miden las ventas de vino, las decisiones se toman a ciegas. Muchos restaurantes no saben qué vinos funcionan mejor, cuáles se quedan estancados en la bodega o qué referencias generan más rentabilidad. Winerim soluciona este problema proporcionando datos en tiempo real para optimizar la estrategia de venta de vinos.

Con la carta digital, el restaurante puede acceder a estadísticas detalladas sobre el comportamiento de los clientes. Es posible ver qué vinos se venden más, cuáles necesitan promoción y qué preferencias tienen los comensales. Esto permite ajustar la oferta de manera estratégica, eliminando referencias poco demandadas y potenciando aquellas que tienen mayor salida.

Además, Winerim ayuda a identificar oportunidades de venta cruzada. Si un vino se solicita con frecuencia junto a un determinado plato, el restaurante puede aprovechar esta información para crear sugerencias de maridaje más efectivas.

La capacidad de tomar decisiones basadas en datos marca la diferencia entre un restaurante que vende vino por inercia y otro que maximiza su rentabilidad. Con Winerim, cada ajuste en la carta de vinos está respaldado por información real, lo que permite mejorar continuamente la oferta y aumentar la venta de vinos de forma inteligente y eficaz.

7. Siempre al día con las tendencias del mercado

El sector del vino evoluciona constantemente. Nuevas denominaciones de origen ganan popularidad, los consumidores buscan vinos ecológicos y emergen tendencias como los vinos naturales o los espumosos de larga crianza. Para un restaurante, estar al día con estas tendencias no es opcional, es básico para atraer clientes y vender más vino.

Sin embargo, muchos restaurantes no tienen tiempo para seguir la evolución del mercado. La gestión diaria del negocio deja poco margen para investigar qué estilos de vino están en auge o qué referencias podrían añadir valor a la carta. Aquí es donde Winerim destaca su valor.

Gracias a su sistema de actualización automática, Winerim mantiene la información de cada vino siempre al día, incluyendo detalles sobre nuevas añadas, cambios en la composición y tendencias emergentes en el sector. Esto permite que tanto el personal como los clientes tengan acceso a datos actualizados sin que el restaurante tenga que hacer nada.

Para el equipo de sala, esto supone una gran ventaja. Si un cliente pregunta por un vino de moda o quiere probar algo diferente, el personal puede consultar rápidamente la carta digital y encontrar opciones alineadas con las últimas tendencias. Esto no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también refuerza la imagen del restaurante como un establecimiento actualizado y conocedor del mundo del vino.

Estar al día con el mercado es fundamental para seguir siendo competitivo. Winerim permite que los restaurantes se mantengan siempre informados sin esfuerzo, asegurando que su carta de vinos evolucione junto con las preferencias de los clientes.

Transforma la venta de vinos con Winerim

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Vender vino en un restaurante no debería ser un reto, pero sin las herramientas adecuadas, muchos establecimientos pierden oportunidades de negocio. Desde clientes indecisos hasta cartas de vinos poco optimizadas, pasando por la falta de formación del personal o el descontrol del inventario, cada uno de estos problemas frena las ventas y reduce la rentabilidad.

Aquí es donde Winerim cambia las reglas del juego. Su carta digital e interactiva convierte la venta de vinos en un proceso sencillo, eficiente y rentable. Ayuda a los clientes a elegir con confianza, empodera al equipo de sala con información precisa y permite a los restaurantes gestionar su bodega con total control. Además, ofrece datos en tiempo real para tomar mejores decisiones y se actualiza automáticamente con las últimas tendencias del mercado.

El resultado es claro: más ventas, mejor servicio y una operativa optimizada. Con Winerim, los restaurantes no solo venden más vino, sino que también mejoran la experiencia de sus clientes y maximizan su rentabilidad.

¿Quieres ver cómo Winerim puede transformar la venta de vinos en tu restaurante? Solicita una demo gratuita y descubre el impacto de una carta de vinos diseñada para vender más.

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